Twee kanten in het spanningsveld hebben een eigen vertaling gekregen! Spaans én Catalaans.

Het Instituto Catalán Internacional para la Paz (ICIP) in Barcelona brengt twee uitstekende vertalingen (Maria Rosich) van Polarisatie; inzicht in de dynamiek van wij-zij denken. Hiermee is niet alleen voor het Iberisch schiereiland, maar voor de gehele Spaanstalige wereld het strategisch denken in wij-zij dynamiek in de eigen taal onder handbereik. Het is een bekroning op trainingswerk in Barcelona met deelnemers uit ‘beide kampen’, die nu al twee jaar met grote regelmaat weten samen te werken.

Voor Spaans. Polarización. Una mirada a la dinámica del pensamiento “nosotros versus ellos”
Voor Catalaans. Polarització. Una mirada a la dinàmica del pensament “nosaltres contra ells”
Dit zijn pdf’s, voor epub-versies.

In het voorwoord beveelt Kristian Herbolzheimer (directeur van het gerenommeerde instituut ICIP) aan:  ‘De nadruk die Brandsma legt op het verschil tussen conflict en polarisatie werkt in eerste instantie bevreemdend, net als zijn oordeel over onze overmatige focus op dialoog en het steeds maar willen bruggenbouwen. Maar het opent als een van de weinige werken het juiste debat hierover’.

El Pais, Madrid, Diciembre 2022

Que Polariza?

“Si observamos de cerca la dinámica de la polarización, podemos ver que solo sobrevive si las personas están listas para suministrar combustible”, dice el filósofo neerlandés Bart Brandsma, autor de libro Polarización. Una mirada a la dinámica del pensamiento nosotros versus ellos (ICIP). Por combustible se refiere a la afluencia constante de declaraciones, memes, chistes, exabruptos, frases ingeniosas. “La dinámica de la polarización es tan antigua como la humanidad, pero el acelerador de combustible es nuevo”, añade. Antes de la Segunda Guerra Mundial la novedosa radio ayudó a dividir a la población eficazmente, pero hace no mucho un activista necesitaba hacer panfletos (a veces de forma clandestina), convocar manifestaciones, dar sermones por las esquinas. Hoy todo ese combustible prende con facilidad en la hoguera de las redes sociales.

“Las redes sociales”, explica Mariano Sigman, “son el territorio ideal para los contenidos polarizantes, porque interaccionan bien con lo adictivo: hay velocidad, una concatenación rápida entre causas y consecuencias, se exacerba el ciclo de recompensa”. Con las redes, opina el neurocientífico, estamos llevando a cabo un experimento humano a una escala sin precedentes: “Todavía no conocemos todas las consecuencias”. ¿Qué polariza? Una de las que ya conocemos es esta polarización, como se hace evidente al echar un vistazo a Twitter, pero no solo las redes colaboran al fenómeno. “Es equivocado entender la polarización como un producto únicamente asociado con tendencias de la comunicación digital”, escribe el sociólogo Silvio Waisbord, de la Universidad George Washington. También es fundamental el tirón de los populismos o, en países como España, la fragmentación del arco parlamentario y la erosión de las opciones moderadas antes mayoritarias, así como el papel de los medios de comunicación, más allá de Twitter, o la degradación de los niveles educativos. Además, “la polarización como estrategia política y mediática rinde frutos”, señala Waisbord, por eso no es raro que partidos, medios o individuos la fomenten: trae votos, publicidad, followers. La polarización, como dice el estudio de LLYC, engancha. Y eso hace que cada vez sea más difícil llegar a acuerdos parlamentarios y que los partidos estén cada vez más atrincherados en reductos ideológicos cada vez más pequeños. Es decir, cada vez resulta más difícil hacer política. Con todo, la fuente última de polarización es, según señalan los expertos consultados en este reportaje, la desigualdad —que crece desde el comienzo del modelo de globalización neoliberal y que es empujada por las diferentes crisis— y el subsiguiente malestar social que genera.

“Necesitamos un liderazgo que no esté tratando de ‘gestionar los polos”, dice Brandsma, “que sea capaz de expresar las necesidades, los anhelos y los dilemas del medio silencioso, como yo lo llamo”. Para que los líderes se dirijan a ese vasto colectivo de personas moderadas, pero con poca exposición pública, porque lo que más se escucha es lo adictivo polarizante, Brandsma concluye invocando a una capacidad algo olvidada: “Eso que llamamos escuchar. Es el trabajo de los líderes escuchar, promover el diálogo más allá del enfrentamiento, hablar de dilemas más que de soluciones y hacer a ese gran grupo moderado visible”.